Todo Japón tembló y sufrió el 11 de marzo, cuando un terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter, seguido por un tsunami, destruyó el lugar. Muchos huyeron de sus casas, con miedo a secuelas que puedan producir daños mayores. Una de estas personas es Mac Hopson, basquetbolista que actuaba en los Sendai 89ers y tras el desastre vino a la Argentina, lugar que lo vio nacer, para jugar en Quilmes, el campeón del Torneo Nacional de Ascenso que la en próxima temporada competirá en primera.
La historia de Hopson es de película: nació en Marcos Juárez, Córdoba, debido a que su padre Phil vestía la camiseta de San Martín de dicho lugar, aunque a los pocos días se fueron a Estados Unidos. Luego fue a Sendai, donde se desempeñaba en los 89ers con un gran papel en el equipo - 21 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias de promedio, en 30 minutos de juego por partido- hasta el desastre del tsunami, que lo obligó a volver, como si fuera el destino, a su país natal.
Aunque corría el rumor de que firmaría contrato con Atenas de Córdoba, terminó en Quilmes, que jugaba en el TNA. Luego el éxito fue enorme: lideró a los quilmeños al campeonato de segunda división y al ascenso a la Liga Nacional, siendo la gran figura en un equipo que no perdió ningún partido de local en los playoff."Es una historia sorprendente, no me lo imaginé nunca. Cuando pasó todo allá en Japón tenía miedo y quería irme lo más rápido posible. Las cosas se dieron para que vuelva a este país, donde nací, para ascender con Quilmes", dijo el base de 1,88 metros, que ahora tiene un sueño: "me gustaría quedarme a jugar en el país para poder tener una chance en la selección. Sería un sueño jugar con enormes jugadores como Ginóbili y Scola, pero si sigo entrenando y jugando fuerte, quizás se pueda dar". ¿Porque no? después de todo por lo que pasó, un capítulo más en esta película es posible.
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