Si bien es cierto que Argentina es uno de las mejores países históricamente en el fútbol, ya que es de las pocas que logró dos Copa del Mundo -de local en 1978 y en México 1986- y un par de medallas de oro olímpicas -en Atenas 2004 y Beijing 2008- últimamente no es protagonista en las grandes competiciones internacionales, lo que evidencia una decadencia deportiva. El hecho de que se hayan cumplido 25 años desde el último Mundial y 18 desde la última Copa América y que otros seleccionados hayan crecido en ese tramo demuestra esta crisis.
Uno de los que evolucionó es Brasil, que es pentacampeón del mundo y que tiene ocho sudamericanos, logrando cuatro de los cinco últimos. El seleccionado argentino, en cambio, no pudo repetir desde 1993 - aún así es el equipo que más veces ganó la competencia con 14 junto con Uruguay-.
Otro caso es el de España, -tan criticada históricamente por sus fracasos en las grandes citas- que consiguió la Eurocopa 2008 y el Mundial 2010 y hoy es la mejor de todas.
La Selección de Argentina perdió su rumbo y debe recuperar su identidad futbolística para volver a sus épocas doradas. Y no sólo se habla de la división mayor: las categorías menores no lograron clasificar a los grandes torneos internacionales, al punto de que no se podrá defender el bicampeonato olímpico.
Además, esta camada es una de las mejores de los últimos tiempos y no debería desperdiciarse. Sólo hay que nombrar a algunos de sus integrantes, que son las figuras de los mejores equipos de Europa: Sergio Agüero, Carlos Tevez, Gonzalo Higuaín, Angel Di María, Diego Milito, Estéban Cambiasso, Javier Zanetti y Javier Mascherano, el capitán del equipo nacional. Ni hablar de Lionel Messi, que es el mejor del mundo actualmente y que a sus 24 años levantó una enorme cantidad de títulos, tanto a nivel individual como con el Barcelona, el mejor de todos los clubes en la actualidad.
Se puede decir entonces que el director técnico, Sergio Batista, tiene material para trabajar y debe aprovechar esta generación, ya que es muy improbable que vuelva a surgir una igual en los próximos años -lo que ya puede deducirse por los fracasos con los juveniles-. Su idea es clara: plantea una alineación que prioriza el buen juego y la posesión de la pelota, algo que el Barcelona hace a la perfección y que puede potenciar a Messi, para que éste pueda explotar y ganar algo con los colores de su país. ¿Será esto suficiente para triunfar en la Copa ante su propia gente? ¿Podrá el diez argentino callar las voces que lo destinan a fracasar con su selección? La problemática debe resolverse y pronto, ya que el pueblo y la historia celeste y blanca no pueden esperar mucho más.
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