martes, 5 de julio de 2011

Argentina va en busca de una identidad y de un futuro

   Hace ya muchos años que la Selección Argentina de fútbol no gana títulos, sin contar los de las categorías menores. Hay que remontarse a la Copa América de 1993 para contabilizar el último gran torneo conseguido por los albicelestes, lo que demuestra que las cosas no se hicieron bien en este tramo y debe haber un cambio para volver a la gloria. Es por eso que esta competencia continental -que además se juega en territorio argentino- es la gran oportunidad de los dirigidos por Sergio Batista para volver a los primeros planos.
 Si bien es cierto que Argentina es uno de las mejores países históricamente en el fútbol, ya que es de las pocas que logró dos Copa del Mundo -de local en 1978 y en México 1986- y un par de medallas de oro olímpicas -en Atenas 2004 y Beijing 2008- últimamente no es protagonista en las grandes competiciones internacionales, lo que evidencia una decadencia deportiva. El hecho de que se hayan cumplido 25 años desde el último Mundial y 18 desde la última Copa América y que otros seleccionados hayan crecido en ese tramo demuestra esta crisis.
Uno de los que evolucionó es Brasil, que es pentacampeón del mundo y que tiene ocho sudamericanos, logrando cuatro de los cinco últimos. El seleccionado argentino, en cambio, no pudo repetir desde 1993 - aún así es el equipo que más veces ganó la competencia con 14 junto con Uruguay-.
Otro caso es el de España, -tan criticada históricamente por sus fracasos en las grandes citas- que consiguió la Eurocopa 2008 y el Mundial 2010 y hoy es la mejor de todas.
 La Selección de Argentina perdió su rumbo y debe recuperar su identidad futbolística para volver a sus épocas doradas. Y no sólo se habla de la división mayor: las categorías menores no lograron clasificar a los grandes torneos internacionales, al punto de que no se podrá defender el bicampeonato olímpico.
 Además, esta camada es una de las mejores de los últimos tiempos y no debería desperdiciarse. Sólo hay que nombrar a algunos de sus integrantes, que son las figuras de los mejores equipos de Europa: Sergio Agüero, Carlos Tevez, Gonzalo Higuaín, Angel Di María, Diego Milito, Estéban Cambiasso, Javier Zanetti y Javier Mascherano, el capitán del equipo nacional. Ni hablar de Lionel Messi, que es el mejor del mundo actualmente y que a sus 24 años levantó una enorme cantidad de títulos, tanto a nivel individual como con el Barcelona, el mejor de todos los clubes en la actualidad.
 Se puede decir entonces que el director técnico, Sergio Batista, tiene material para trabajar y debe aprovechar esta generación, ya que es muy improbable que vuelva a surgir una igual en los próximos años -lo que ya puede deducirse por los fracasos con los juveniles-. Su idea es clara: plantea una alineación que prioriza el buen juego y la posesión de la pelota, algo que el Barcelona hace a la perfección y que puede potenciar a Messi, para que éste pueda explotar y ganar algo con los colores de su país.
 ¿Será esto suficiente para triunfar en la Copa ante su propia gente? ¿Podrá el diez argentino callar las voces que lo destinan a fracasar con su selección? La problemática debe resolverse y pronto, ya que el pueblo y la historia celeste y blanca no pueden esperar mucho más.

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