sábado, 5 de noviembre de 2011

El deporte nacional, con buena cara hacia el futuro

   Terminados los Juegos Panamericanos de Guadalajara, puede decirse que hubo un cambio y una gran evolución en el deporte argentino si analiza el medallero: Argentina acabó séptima, con 75 medallas -21 de oro, 19 de plata y 35 de bronce-. Estos números superan ampliamente a los de la edición anterior, la de Río de Janeiro 2007, en donde  había terminado octava en la tabla, a raíz de haber conseguido 11 oros, 16 platas y 33 bronces. ¿Cuál fue la razón por la cuál casi se duplican las preseas doradas y se subió un puesto?, ¿Qué mutó desde el 2007?
 En 2007, Julio Cassanello, por entonces titular del Comité Olímpico Argentino, se lamentaba: "El deporte no es prioridad en nuestro país y el presupuesto está por debajo de muchos en Sudamérica". Luego las cosas darían un giro de 180 grados.
 Primero, se podría nombrar a una persona: Gerardo Werthein. Con 55 años, conduce uno de los grupos empresarios más poderosos de la Argentina, con intereses en los sectores agropecuario, financiero y de telecomunicaciones. Es director de Telecom Argentina y encabeza otras empresas, como La Caja. En el 2009, fue elegido como presidente del Comité Olímpico Argentino (COA). Con lazos con el kirchnerismo –tenía buena relación con Néstor Kirchner y también la tiene con Cristina Fernández-
persigue un objetivo: hacer del deporte una causa nacional.
 Esta idea, la de apoyar al deporte y ponerlo como prioridad en el país, se vio reflejada cuando, en el mismo año, fundo el ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo). Aquí está la clave para entender el salto cualitativo y cuantitativo que mostró el deporte argentino.
 El ENARD se financia con el uno por ciento de la facturación de la telefonía celular, aplicado a los servicios y abonos, neto de IVA -el aumentó se sancionó con la Ley 26.573 en 2009-.  Todo el dinero, unos 100 millones de pesos anuales, se destinan para gestionar apoyos económicos para los deportistas de alto rendimiento. Se proyectan competencias, se suman equipamientos, se mejora la infraestructura y las condiciones para que puedan entrenar sin problemas económicos, concentrándose sólo en sus marcas y su rendimiento. De esta manera, se apoya a la gestión profesional del deporte amateur.
 El ENARD es presidido por el titular del COA y el vicepresidente es el secretario de Deportes, Claudio Morresi. En el último año, este ente tuvo un presupuesto de 105.781.467 pesos, discriminados de la siguiente manera: $ 29.159.120 en becas para 1063 atletas y 476 jóvenes promesas; $ 64.868.019 de respaldo para la participación en competencias internacionales; $ 2.125.582 en elementos para entrenamiento; $ 2.343.491 para la organización de certámenes en nuestro país; $ 5.985.475 en becas de perfeccionamiento para técnicos y entrenadores y $ 1.299.779 para cobertura médica. 
 De esta manera, se privilegia la puesta a punto de los atletas, quienes agradecían cuantas veces podían al nuevo sistema. "Y permítame una cosa más, dejame agradecerle al ENARD", era la frase que más repetían los medallistas en México.
 A esto hay que sumarle el aumento de presupuesto que ha tenido la Secretaría de Deportes. En el año 2003, se destinaron 41 millones de pesos, mientras que en el 2011 fueron 190 millones.
 Puede decirse, entonces, que el apoyo de las tres partes -el COA, la Secretaría y el ENARD, que al mismo tiempo son apoyados por el Gobierno, ya que sus líderes tienen afinidad con la actual mandataria- fue fundamental para la evolución de los atletas y, en consecuencia, del deporte nacional. Y estos demostraron que, con una preparación adecuada, a la altura de las circunstancias, conseguir buenos resultados no es una utopía o un aislado milagro individual, sino que es una realidad y un proyecto a futuro.
 Aunque los resultados se comenzaron a ver en el presente. Desde el Comité Olímpico de Argentina se habían puesto como objetivo en Guadalajara un total de 16 medallas doradas y tratar de superar el octavo puesto de Río 07. Los 21 oros finales y el séptimo puesto, lógicamente, superaron las expectativas y mostraron que las políticas deportivas que se están implementando están dando buenos resultados.
 Además, la delegación albiceleste podría haber alcanzado el sexto lugar a Colombia – con 24 oros- si hubiera conseguido tres medallas doradas que, en la previa, parecían accesibles: en el hockey sobre césped femenino, rugby y fútbol. En las tres disciplinas se terminó ganando la plata. Primero, el seleccionado de Estados Unidos dio una de las sorpresas más grandes del torneo al eliminar a Las Leonas, que siempre eran campeonas. Luego, el equipo de fútbol local eliminó en la final a los dirigidos por Walter Perazzo, que no venían teniendo un buen desempeño pero tenían grandes talentos y una tradición ganadora en inferiores. Y por último, en la tarde final de los Panamericanos, Canadá venció a los argentinos por dos puntos –Argentina erró una conversión en el último momento para igualar en el marcador-
 Más allá de estos tres malos momentos, se destacan los rendimientos del equipo de jockey sobre césped masculino –que se vengó de la derrota con Canadá  en 2007- la delegación de remo, –que ganó el medallero con un total de ocho medallas- los  competidores en pelota y la selección de handball –que logró por primera vez la clasificación olímpica-.
 También hubo individualidades que dieron la talla y otras que sorprendieron: el chino nacionalizado Liu Song en tenis de mesa, Paula Pareto en judo –quién casi se pierde la competencia por una lesión, ganó cuatro peleas en un día y ganó el oro- y Cecilia Biagioli en agua abiertas.
 Párrafo aparte merece Braian Toledo: con sólo 18 años, lanzó la jabalina a 79,53 metros –record nacional en mayores- y se adjudicó el bronce y el pase a Londres 2012. Desde México 1955 un jabalinero argentino se subía al podio. Los medios lo catalogan como el futuro del atletismo argentino.
 Ahora, luego del gran desempeño panamericano, hay que apuntar al futuro y a mejorar. Claudio Morresi –entrevistado al volver a Argentina- destacó el aumento del 1200 por ciento en el presupuesto para los atletas y las veinticinco disciplinas en las que un deportista albiceleste llegó al podio. Además, anunció: “los verdaderos resultados se verán luego de Londres, en los próximos panamericanos de Toronto 2015 y en los Juegos de la Juventud del 2018. Incluso, buscaremos organizar el evento en 2019, así que vamos por el buen camino”. Seguramente, si las políticas deportivas y el apoyo del estado o de los entes privados siguen así, se verán las mejorías.



                                                                              


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