domingo, 13 de mayo de 2012

El polémico Masters 1000 de Madrid

   El Masters 1000 de Madrid, que comenzó el 6 de mayo y terminó el 13, fue duramente criticado por los cambios innecesarios y polémicos hechos para esta edición, entre ellos el polvo de ladrillo azul usado como superficie. La idea, promovida por el rumano Ion Tiriac -hombre de negocios, ex mánager de Guillermo Vilas- tenía como fin innovar y hacer al torneo más vistoso. El resultado terminó siendo negativo, demostrando que la historia y la tradición vale más que el show.
 Tiriac, promotor que compró los derechos del evento en el 2002 y quiere que forme parte de los Grand Slams, intentó dar un golpe de efecto al Mutua Madrid Open, pero todas las innovaciones mancharon la imagen de la competición en si, por lo que el experimento fue un fracaso. Poner a modelos profesionales de recogepelotas -la costumbre es que lo hagan niños, normalmente voluntarios- y la de cambiar la superficie a una azul que imita la arcilla fueron contraproducentes. El suelo azulado resultó ser más deslizante y de juego más rápido, algo que agarró de sorpresa a los tenistas. "Estábamos todos sorprendidos por el cambio de suelo, no sabíamos con lo que nos íbamos a encontrar", confesó Andy Murray, número 4 del ranking ATP.
 Algunos, como Rafael Nadal y Novak Djokovic, amenazaron con no volver a la capital española si no se volvía a usar el polvo normal, como era costumbre. El español fue el abanderado de los críticos:"Madrid y Roma están seguidos, por lo que no puede haber mucha diferencia entre ellos. Este es el único Masters 1000 que se juega con altura y ahora se suma esto", dijo.
 Aunque el cambio de color podría tener sentido en una perspectiva de mercadeo -el azul es el color que identifica al principal patrocinador del torneo, Mutua- y permite ver mejor la pelota a los espectadores, Nadal indicó también que la historia del evento es lo más importante. "Este torneo es grande por su historia. Los mejores jugaron en esta cancha. Eso es lo que vale", agregó el español.
 Todo fue obra del rumano de los bigotes largos, que desde que maneja los derechos de esta competición buscó cambiarlo totalmente para mejorar su imagen. Primero, sustituyó al Master 1000 de Stuttgart, gracias a un acuerdo que hizo con la ATP. Luego, en 2009, pasó del mes de octubre a mayo, cuando se jugaba el de Hamburgo. Ahora sacrificó las costumbres y simplicidad de Madrid en su búsqueda de que sea el quinto Grand Slam, aunque justamente la manera de que un torneo sea grande es por su historia.
 Los cuatro Grand Slams -Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open- tienen un gran pasado y algunos se remontan al origen mismo del tenis profesional. Sería difícil e injusto que se les una al grupo el Masters español, ya que significaría que el dinero y el show valen lo mismo.
 Atrás quedó el Mutua Madrileña, con los triunfos de Roger Federer y Serena Williams. Ahora vendrán los dos torneos grandes más antiguos: Roland Garrós y Wimbledon. Seguramente, ahí se hablará de tenis y no de dinero o de polémicas.





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