domingo, 8 de julio de 2012

A 20 años del Dream Team

   Hace 20 años, los jugadores profesionales de la NBA pudieron participar por primera vez en unos Juegos Olímpicos. Así fue que se formó el Dream Team que viajó a Barcelona 1992, un equipo que es no sólo reconocido como el mejor de la historia del básquetbol, sino también del deporte mundial.
 Este "equipo de los sueños", la constelación de estrellas más grande jamás vista, estuvo integrada por Michael Jordan y Scottie Pippen de los Chicago Bulls, John Stockton y Karl Malone de Utah Jazz, Magic Johnson de Los Ángeles Lakers, Larry Bird de los Boston Celtics, David Robinson de los San Antonio Spurs, Patrick Ewing de los New York Knicks, Chris Mullin de Golden State Warrios, Charles Barkley de los Philadelphia 76ers, Clyde Drexler de Portland Trail Blazers y el universitario Christian Laettner de Duke -que fue elegido por ser el mejor de la NCAA y le ganó el lugar a Shaquille O'Neal y Alonzo Mourning-. El técnico fue Chuck Daly, quién había sido campeón con los Detroit Pistons en 1989 y 1990.
 El seleccionado estadounidense es recordado por su gran torneo en Barcelona, en donde ganaron la medalla dorada, pero primero tuvieron que pasar por algunos momentos que fueron clave en su formación y no fueron divulgados, que tienen que ver con la previa a los Juegos.
 Si bien pasaron sin problemas el Torneo de las Américas de Portland de ese año, que los clasificó como era esperado a la competencia olímpica, el combinado estadounidense tuvo una dura pretemporada con algunos cortocircuitos. Primero, tuvieron un partido polémico en California ante un grupo de sparrings, entre los que se encontraban Grant Hill, Chris Webber y Penny Hardaway, entre otros. Ese día es conocido por los que vieron el encuentro como el día en que el Dream Team perdió -en cruces oficiales, desde su formación, no fue derrotado hasta el Mundial de Indianápolis 2002 ante Argentina-.
 El resultado fue 62-54 a favor de los universitarios, pero lo que más se habló de ese día fue que Daly "regaló" el partido para demostrarles a sus jugadores que no se confiaran porque era posible que perdiesen en Barcelona, lo que hubiese sido un escándalo ante los medios.
 Durante ese encuentro, Chuck hizo pocas modificaciones tácticas, no reaccionó ante los cambios en el marcador y Jordan jugó poco. Sus asistentes y los que se encontraban allí poco entendían los que sucedía. Al terminar, el entrenador pidió que se borre el resultado final del tablero. Al próximo round, los jóvenes fueron arrollados por las figuras, que no les permitieron ni un punto. Manera extraña pero efectiva de motivar a sus superestrellas.
 El otro capítulo que los protagonistas del plantel recuerdan es el del amistoso jugado entre los mismos integrantes del plantel de Estados Unidos, que ellos mismo llaman como "el mejor partido que jugaron". La explicación que dieron fue simple: sabían que las selecciones no podían hacerles frente, por lo que enfrentarse entre ellos mismos era el mejor desafío.
 El hecho se dio en la concentración previa en Monte Carlo, en donde los de Jordan -él, Bird, Ewing, Pippen y Malone- estaban contra los de Magic -él, Barkley, Mullin, Robinson y Laettner-. Los de Johnson se pusieron 14-2 al frente y cometieron el error de burlarse de Jordan, diciendo que debía "meterse más en el show y dejar de jugar al golf por las mañanas". El líder de los Bulls, como era de esperarse, tomó el control del partido para emparejarlo rápidamente. Todo siguió con una batalla a cara de perro, en la que Magic se quejaba de que, como en la NBA, todos los fallos iban a favor de "MJ23" y ambos tuvieron un duelo personal con más tensión aún que el que habían protagonizado el año pasado en las finales de la liga.
 El ingreso de la prensa fue sólo en los minutos finales, y según cuentan tuvo que ser cortado para que los enfrentamientos no pasen a mayores. El resultado fue 40-36 a favor del team de Jordan, que al final del "entrenamiento" se acercó a Erving y le dijo: "toma tu Gatorade, be like Mike", haciendo alusión a su comercial de la famosa bebida. Más allá de la anécdota, todos entendieron que los únicos que podían vencerse eran ellos mismos.
 Y así pasó: nadie les ganó. En primera ronda, 116-48 ante Angola, 103-70 con los Croatas, 111-68 en el match con Alemania, 127-83 frente a los de Brasil y 122-81 contra España. En cuartos, los de Puerto Rico perdieron por 115-77  y, en semifinales, Lituania por 127-76. En la final, 117-85 otra vez con Croacia. Tuvieron a Sir Charles como goleador y un promedio de 117,3 puntos por partido y diferencia de 43,8 con sus rivales. Imparables.
 Así fue que las estrellas de la NBA lograron el oro y escribieron una de las páginas doradas del básquetbol. Nadie sino ellos eran los que estaban en el camino a la gloria.



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