
En julio del 2011, fue elegido Patrimonio Deportivo de la Humanidad. Un mes después, metió tres goles ante Real Madrid en la serie de la Supercopa de España -además de convertirse en el máximo anotador del trofeo, con 8 gritos-. Pocos días más tarde, hizo un tanto ante el Porto y se quedó con la Supercopa de Europa -la única competencia en la que Lionel no había logrado registrar goles-. Y ese mismo mes, fue elegido como Mejor Jugador de la UEFA durante la temporada 2010/2011 -un premio novedoso y que aún el argentino no poseía en sus amplias vitrinas-.
Tiempo más tarde -sólo un poco, porque sabemos que Messi nos acostumbró a romper récord con más rapidez de la que uno tarda en encontrarle uno nuevo- destronó a los máximos artilleros blaugranas: Kubala y César Rodríguez, con 192 y 235, respectivamente. Sin ser delantero centro ni alto, arrolla las defensas rivales y se convierte en el más goleador de todos, sin ser un tanque como Torres, Drogba, Huntelaar, etc. -¿o si lo es?-.
En diciembre, fue anunciado como el segundo mejor jugador de la historia de la Champions League, detrás de Zinedine Zinane -y, seguramente, lo desplazará en el futuro-. Dos días después, pasó a ser el extranjero con más presencias en el Barca, en un partido ante el Madrid. Y terminó el año con todo: volvió a ganar el Mundial de Clubes, goleando por 4 a 0 en la final al Santos de Neymar, campeón de la Copa Libertadores. Aquí otro rasgo de Leo Messi: el periodismo y los fanáticos del fútbol lo siguen enfrentando con jugadores que van apareciendo, y el demuestra año a año lo lejos que están todos de él y que está en un nivel superlativo -un nivel que no decae y que crece campaña tras campaña-. Como pasaron Rooney o Kaká, también quedó relegado Neymar, que le pidió la camiseta a su ídolo y declaró al terminar la final que había aprendido a jugar al fútbol ese día. Quizás el único futbolista que parece no bajar de revoluciones y aumenta sus números con las temporadas es Cristiano Ronaldo, aunque este también sea inferior al rosarino.
Comenzamos el 2012: persona más popular del globo, según la revista Time, y tercer Balón de Oro. En marzo, anotó cinco veces contra el Bayern Leverkusen en Liga de Campeones -primero que lo hace-. Luego acabaría empatando la marca de Altafini con 14 goles en la competición, siendo el que más rompió redes en la copa europea por cuarto año consecutivo. Y en liga, pasó los 34 goles del brasileño Ronaldo y se anotó como el que más convirtió en una temporada como azulgrana. Terminó con un título al ganar la Copa del Rey ante el Atlhetic Bilbao de Marcelo Bielsa, despidiendo a Josep Guardiola con otra vuelta.
Finalmente, acabó el año futbolístico en Europa con 73 goles entre todas las competencias -quebrando, cuando no, otro récord: máximo goleador europeo en una temporada-. Como consecuencia, ganó el Pichichi en España y la Bota de Oro en el continente -nadie consiguió dos como él- con 50 y 73, respectivamente. ¿Algo más para alcanzar le faltó a este joven de 24 años?.
Temporada 2011/2012 de Messi:
Con Barcelona:
4 títulos: Supercopa de España, Supercopa de Europa, Mundial de Clubes y Copa del Rey -metió goles en todas las finales-.
Siete veces hizo 3 goles, dos veces hizo 4 y una vez cinco.
Máximo goleador histórico del Barcelona, con 253 tantos en 329 juegos.
Con Argentina:
6 anotaciones en 8 encuentros -23 en 69 en total-.
Cuarto máximo artillero albiceleste, empatado con Luis Artime y por encima de Leopoldo Luque y Daniel Passarella
Total de títulos: 21 -5 Ligas, 3 Champions, 2 Copas del Rey, 5 Supercopas españolas, 2 Supercopas europeas, 2 Mundiales de Clubes, 1 Mundial Sub-20 y un oro olímpico-.
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