miércoles, 30 de enero de 2013

La historia de Mauro Icardi

   Es rosarino, hincha de Newell's, fue fichado por el Barcelona desde chico, tentado por el seleccionado Español y marcó cuatro goles el pasado fin de semana. No, no es Lionel Messi: es Mauro Icardi, el jugador que está de moda en Europa y del que hablan todos los argentinos.
 
 Mauro nació el 19 de febrero de 1993 en Santa Fe, aunque a los 6 años se mudó con su familia a Canarias, España. Allí, comenzó a jugar en el Vecindario, donde anotó 500 goles en divisiones inferiores, lo que llamó la atención de varios clubes de España -incluidos el Real Madrid y el Barcelona- y del Arsenal y Liverpool.

 Finalmente, fue el Barcelona el que se lo llevó en el 2008 para estar en La Masía. Con el antecedente de Lionel Messi, es esperaba otro futuro crack vestido de azulgrana, pero las grandes estrellas que están en el equipo catalán no lo dejaron subir al primer equipo. Es por eso que, en enero 2011, fue prestado a la Sampdoria hasta el final de la temporada, con el fin de poder crecer y madurar en un equipo más chico pero en el que tendría la posibilidad de jugar. Desde entonces, su suerte cambiaría.

 La Samp, cumplido su contrato de préstamo en junio de 2011, compró su pase al Barca por 400 mi euros -aunque el equipo español se reservó un 15 por ciento de cobro en un futuro traspaso-. En el equipo genovés, que estaba en la Serie B italiana, arrancó bien y fue fundamental para el ascenso a la Serie A. De hecho, le marcó su primer gol al Juve Stabia para la clasificación a los playoffs del ascenso. Luego, Sampodia subiría a primera.

 Ya en esta temporada, en Primera División y con un rol protagonista, Icardi debutó como titular en el clásico ante Genoa y anotó un gol. Luego, le haría un doblete a la Juventus -líder del torneo y último campeón italiano- para el triunfo por 2 a 1. Y el pasado fin de semana, hizo cuatro en el 6 a 0 al Pescara.

 Ahora, varios equipos italianos lo quieren. El Inter, que lo ve similar a Diego Milito, hizo un sondeo. El Nápoli hizo una oferta de tres millones de euros por el 50 por ciento del pase, pero fue rechazada. El Milan propuso cinco millones por la mitad de su ficha. Y el Barcelona también quisiera tenerlo de vuelta, claro. En total, van 18 partidos y 8 goles -16 y 7 en esta temporada- lo que provocó que en Europa se comiencen a fijar en él. Y también en Argentina, su país natal.

 Ahora, trascendió la noticia de que el director técnico italiano, César Prandelli, desea que juegue para la selección italiana de cara al Mundial de Brasil 2014. Esto, sumado a una anterior propuesta -rechazada- del seleccionado español cuando era pequeño, encendió la alarma en la AFA. Si el juvenil de 19 años decide disputar un encuentro para otra selección, no podría vestir la camiseta argentina, porque si bien disputó algunos amistosos y torneos, no debutó oficialmente. De hecho, Samporia no lo dejó viajar al Sudamericano de Mendoza, lo que podría haber sellado su vínculo con Argentina.

 Germán Lerche, secretario de selecciones, ya confirmó que Icardi desea jugar para la albiceleste. Mauro, por su parte, habría declarado que su sueño es jugar con Messi, a quién se cruzó y entrenó varias veces cuando estuvo en Barcelona. Las grandes estrellas de Argentina le impedirían tener un lugar actualmente, aunque se sueña con otro futuro crack que, al igual que su ídolo Lionel, juegue para Argentina.



lunes, 31 de diciembre de 2012

Messi en el 2012: el mejor año del mejor del mundo

Ya hace mucho tiempo que Lionel Messi viene deslumbrando al mundo futbolístico y, año a año, va superando sus números y su propio fútbol. Sin embargo, este 2012 fue superlativo y algo fuera de serie, incluso para el mejor futbolista de todos.

En su equipo, aunque el único título que levantó fue la Copa del Rey, Lionel rompió todos los récords individuales que se le interpusieron y acabó el año con cifras casi insuperables. Pasó los 232 goles de César Rodríguez y se convirtió en el máximo goleador histórico del conjunto catalán, igualó a Woodward como top scorer de goles internacionales con 25 y pasó a Pelé y Gerd Müller como el mayor goleador de un año calendario -el brasileño tenía 75 y el alemán 85-. Además, también sobrepasó los 67 tantos del "Torpedo" en una temporada. Hasta convirtió cinco veces en un mismo encuentro: ante el Bayern Leverkusen por Champions League. Cuando parece que el rosarino llegó a su tope de nivel, sigue creciendo y mostrando que no tiene techo visible.

Pero lo más destacable de Messi es sin dudas su año en la Selección Argentina. En este aspecto, podría llamarsele al 2012 como "el año de la consagración". Para los que decían que sólo podía tener ese nivel y fútbol en el Barcelona y que en Argentina no tenía la actitud necesaria para ser líder, no ganaba los partidos o no era el mismo, él les mostró que estaban equivocados. Es el capitán y la figura indiscutible, hasta el punto de ser tan estrella en el país como en España. Y además de ser líder futbolístico, sus declaraciones son más maduras por su nuevo rol y logra con su rebeldía destrabar encuentros en los que antes parecía opacado y en sintonía con el equipo en general. Ahora, es ese jugador total que marca diferencias no sólo ene l juego, sino en el resultado. En estas Eliminatorias -en las comenzó su mandato Alejandro Sabella- le marcó en 2011 a Chile -luego de 16 partidos en blanco- y a Colombia -en un duelo clave en Barranquilla, en el que la selección perdía pero lo dio vuelta y sirvió como punto de inflexión para los jugadores-. Ya en 2012,  lo sufrieron Ecuador, Paraguay, Uruguay y Chile. A los albirojos y a los rioplatenses, les convirtió además de tiro libre, una faceta que pulió y mucho últimamente. En amistosos, también se hizo presente ante Alemania y ante Suiza y Brasil por triplicado -en un 4 a 3 inolvidable- . De los 8 encuentros que disputó este año, siempre que marcó Argentina ganó -el único que no lo hizo fue ante Perú, y terminó en empate en uno-. Igualó a Gabriel Batistuta en goles anuales en la Selección con 12 -aunque el Bati los hizo en 12 participaciones y Leo en 9- y ya es también indiscutible con la celeste y blanca..

¿Qué le queda por hacer a este crack?, ¿un Mundial? Ojalá llegue en Brasil 2014. ¿Consagrarse en su país? seguramente volverá y jugará, sea en Newell's o en cualquier otro equipo. ¿Ser el máximo goleador en Champions League? con 56, está ya muy cerca de los 71 de Raúl. ¿Otro Balón de Oro, para ser el único en levantarlo cuatro veces seguidas? seguro lo hará. ¿Los 228 goles de Zarra para ser el recordman de la Liga Española? lo hará tarde o temprano. ¿Los 541 gritos oficiales de Pelé? muy posible. No importa que obstáculo se le presente, Messi lo pasará. Aún así, este 2012 será recordado por el mejor año del mejor de todos -hasta ahora-.



domingo, 28 de octubre de 2012

¿Se puede definir al mejor?, ¿sirve de algo?

"Quiero ser el mejor de todos los tiempos. Es tan simple como eso".

 

   Ésas fueron las palabras que recientemente dijo LeBron James, último campeón y MVP de la NBA con el Miami Heat, cuando le preguntaron si consideraba que podía llegar a situarse entre los mejores de este deporte. Ésto abre el clásico debate de las comparaciones y la búsqueda de siempre encontrar al mejor de todos en cualquier deporte. La pregunta es: ¿es posible verdaderamente declarar a uno como el más grande?, y ¿de qué sirve eso?

 Desde siempre los fanáticos, el periodismo y cualquier aficionado de algo busca situar a una persona sobre las demás para referenciarla como la mejor en lo que hace o hizo. A veces, la idolatría los engaña. Otras veces, lo hacen los números fríos y las estadísticas. La verdad es que no parece haber una ciencia cierta con esto y este tipo de discusiones sólo llevan a minimizar o ponderar injustamente a los protagonistas.

 En el caso de James, uno puede pensar en su gran potencial y juventud y aventurarse a decir que tiene chances de llegar a ser el mejor de todos los tiempos en la historia del básquetbol. En la última temporada, logró el premio al Jugador Más Valioso de la temporada regular, el de las Finales y el tan ansiado campeonato que se le venía negando desde hace años. Además, sumó con la selección de Estados Unidos la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres. A eso, "The King" puede sumarle en sus vitrinas dos MVP de temporada regular y dos del All-Star Game más, el Rookie of the Year del 2004 y la presea dorada en Beijing 2008. En cuanto a sus habilidades, poco puede reprocharse al alero de 2,03 metros que no tiene problemas en jugar con solvencia de base, escolta o ala-pivot -y desempeñearse mejor que muchos que juegan ahí naturalmente-. Su capacidad para hacer todo de manera sobresaliente y quebrar cientos de marcas y récords de precocidad agigantan su figura. Pero, ¿es eso lo que hay que ponderar a la hora de elegir al mejor?.

 No hay que olvidarse que LeBron juega a un deporte donde hubo basquetbolistas sobresalientes como Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Kareem Abdul-Jabbar, Bill Russel o Shaquille O'Neal. Sin dejar de lado a Kobe Bryant, que sigue en activo y también es apuntado por la mayoría como el sucesor de Jordan, tanto por sus títulos como por su actitud ganadora y su manera de jugar casi idéntica al de los Chicago Bulls. Entonces, ¿cómo elegir?. La mayoría diría sin dudar que no habrá como "Air". Pero, ¿no ganó Bill Russel once anillos en trece años? son cinco más que los de MJ. ¿Y qué hay de Magic? su habilidad para jugar en cualquier parte del campo, sus cinco títulos y su rivalidad con Bird -que levantó a la NBA en su peor crisis de la historia- también podrían considerarse.

 No hay una respuesta absoluta, aunque los que vieron a Jordan podrían decir que su agresividad, sus actuaciones históricas y lo que trasmitía son inigualables. Otros irían por Russel y sus once campeonatos, y otros pensarían que tanto Bryant como James tienen chances de, cuando terminen su carrera, sentarse en la mesa grande. Por lo pronto, LeBron ganó su primer campeonato siendo más joven que Michael y planea conseguir su segundo en el 2013, si Kobe y sus "SuperLakers" se lo permiten.



 En el fútbol, la discusión es parecida. Los que vieron jugar a Diego Maradona no dudan en que es el mejor de todos por su actitud triunfadora, el Mundial que logró con la Selección Argentina y lo que ganó también en el Nápoli -en ambos casos, fue figura excluyente en equipos de menor jerarquía y sin tantas figuras-. Otros, en cambio, pueden decir que Pelé disputó cuatro Copas del Mundo y levantó tres. Los que se dieron el gusto de deslumbrarse con Alfredo Di Estéfano también tendrían su candidato. Ahora, como si fuera poco, se suma a la discusión Lionel Messi. La estrella del Barcelona no para de ganar trofeos y quiebra marcas fin de semana tras fin de semana. Todo esto con una destreza sin comparación en la actualidad. Además, es capitán, goleador y fundamental en esta Selección Argentina de Alejandro Sabella, algo que antes no ocurría y era de lo que sus detractores se aferraban para minimizarlo.

 También ocurre en otros deportes: en el tenis, la calidad de juego y lo que ganó de Roger Federer lo ponen en el olimpo sin dudas. Pero, ¿no levantó Jimmy Connors 109 copas? El suizo está lejos con sus 74 torneos ganados. Pete Sampras, que era el máximo ganador de Grand Slam -hasta que Roger lo pasó- también está ahí. O Rod Laver, el único que fue capaz de lograr el Grand Slam -y lo hizo en dos ocasiones, en 1962 y 1969-. ¿Hay manera de declarar a uno sólo?


 La trivia puede seguir y seguir. Puede haber un personaje que, por popularidad, por lo que ganó o por datos estadísticos sea elegido por encima de otros. Pero esto es que es algo que nunca será unánime -por más que en algunos casos haya menos dudas que en otros-. La verdad es una sola: comparar, en estos casos, no sirve de nada.

martes, 18 de septiembre de 2012

"Los cuatro fantásticos" y quién más?

   Desde ya mucho tiempo, el tenis mundial se ha visto dominado por los llamados"Cuatro Fantásticos": Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray. Éstos han sido los encargados de ponerse en la cima del circuito y monopolizarlo, ya que están muy por encima de los demás tenistas: La pregunta es: ¿hay alguien que sea capaz de hacerles frente?, y cuando ya no estén, ¿quién será el líder de este deporte?
 Si hay que destacar al mejor y más grande de la actualidad y los últimos tiempos -y, probablemente, de la historia- es sin dudas Federer. El de Basilea, actual número uno del mundo, está teniendo un gran año:  logró los ATP de Rotterdam, Dubai, Indian Wells, Madrid y Cincinnati, además de Wimbledon y la medalla de plata en Londres. En total, posee setenta y seis títulos, entre los cuales hay diecisiete Grand Slams -cuatro Abiertos de Australia, un Roland Garros, siete Abiertos de Inglaterra y cinco US Open-. Es el más ganador de Masters Series con seis y posee el récord de semanas en el primer puesto del ranking. A estos números, hay que sumarle su enorme calidad y estilo de juego. Intachable tanto dentro como fuera de la cancha, es difícil que alguien lo alcance.
 Su máximo rival y otro de los más destacados tenistas contemporáneos es sin dudas Nadal. Actualmente en la cuarta posición, es conocido como uno de los más grandes sobre polvo de ladrillo: allí, levantó treinta y seis de sus cincuenta y ocho copas. Con un total de once torneos grandes -7 Roland Garros- y un oro olímpico logrado en Beijing, es otro de las más consagrados. Una molestia en la rodilla provocó su rápida salida en el Torneo de los Estados Unidos y lo puso fuera del court por un tiempo, peligrando su vuelta. Una verdadera bestía, con un enorme estado físico.
 El español y Roger estaban muy despegados de los demás, hasta que Djokovic piso el acelerador. En 2011, el serbio tuvo su mejor ciclo por lejos, consiguiendo diez campeonatos: Australia, Dubai, Indian Wells, Miami, Belgrado, Madrid, Roma, Wimbledon, Montreal y el Abierto de Norteamérica. Su nivel del pasado año fue superlativo y tuvo un invicto de cuarenta y tres encuentros, perdiendo recién por primera vez ante Federer en las semifinales del Grand Slam francés. A su gran juego, le sumó un excelente despliegue físico, doblegando en este aspecto incluso a Nadal en tierra batida. Aunque hacia fin de año sufrió una lesión y tuvo que parar, Nole dio el aviso y se configuró como el próximo a dominar -de hecho, fue número uno en ese entonces y recién lo perdió a mitad del 2012, cuando bajó al segundo escalón-. Todavía tiene muchos años y ya cosechó treinta y un títulos y seis Slams -tres Australianos, uno inglés y un US, sólo le falta el de Francia- además del Masters del 2007 y un bronce en los Juegos Olímpicos de 2008.
 El otro que apunta a mirar desde arriba a todos en el futuro -más que nada, cuando Federer y Nadal no estén o empiecen a bajar su ritmo- es Murray. El escocés venía estando a la sombra de los otros tres grandes, pero en esta temporada se destapó: fue medallista dorado en Londres y reciente campeón del US Open, sumando así su primer torneo grande. Mucho se había hablado de este tema, ya que Andy venía de perder las tres finales previas de este tipo de torneo -Australian en 2010 y 2011 y Wimbledon 2012- y ahora si pudo sumar esta copa a sus veintitrés trofeos previos. Es candidato a regir en los próximos años.
 Sin dudas, estos cuatro enormes tenistas dominan el circuito mundial de este deporte y opacan a los demás "mortales". ¿Quiénes están tapados por ellos? hay algunos muy buenos deportistas como David Ferrer, Jo-Wilfred Tsonga, Tomas Berdych, Janko Tipsarevic o John Isner, aunque están muy por debajo de los ya nombrados. Algunas jóvenes promesas como Lukas Rosol, Kevin Anderson o los irregulares Alexander Dolgopolov o Kei Nishikori tienen chances de mejorar y pelear, pero para eso habrá que esperar.
 Hay uno sólo que se asoma en el horizonte y amenaza: Juan Martín Del Potro. El argentino es el único que le "robó" un Grand Slam a los cuatro reyes -US Open 2009 a Federer- aunque luego sufrió una lesión en la muñeca que lo dejó fuera de las canchas por un tiempo y dificultó su rendimiento. Ya con ritmo otra vez, parece haber vuelto a su máximo punto, ese que tenía antes de la ruptura y que daba que hablar porque estaba a la altura de los líderes. Quedó demostrado en los Juegos: forzó al suizo a un ajustado 19 a 17 en el tiebreak del último set en las semifinales y luego le ganó a Novak por el tercer lugar. Si tiene continuidad, puede sumarse al lote de arriba y pelear por la cima con el tiempo, aunque eso es incierto.
 La única certeza es que hay cuatro que demuestran año a año que están muy por delante de todos. Un simple dato de este circuito anual lo demuestra: por primera vez, los cuatro Grands fueron a manos de cuatro profesionales distintos. Australia por el uno de ese entonces, Djokovic. Roland Garros, por el segundo: Rafa. Wimbledon por el tercero, hoy primero: Federer. Y el US Open por el cuatro, Murray. Los mejores, los de siempre: los "cuatro fantásticos".





domingo, 19 de agosto de 2012

Phelps y Bolt, en el olimpo del deporte

   Muchos atletas compitieron y pasaron por los Juegos Olímpicos, pero sólo unos pocos pueden anotarse en la historia del mayor evento deportivo. Londres 2012 dejó a dos personalidades que ya habían hecho lo suyo en anteriores ediciones, pero que ahora agrandaron su figura y pasaron a la gloria olímpica: Michael Phelps y Usain Bolt.
 Phelps, que ya había conseguido seis medallas doradas y dos de bronce en Atenas 2004 y ocho oros en Beijing 2008, se encontraba a sólo dos preseas de igualar las dieciocho de la gimnasta ucraniana Larisa Latynina. Empezó con dudas: cuarto lugar en cuatrocientos metros estilos, segundo en los cuatro por cien metros y otra plata en la prueba de doscientos metros mariposa. Finalmente, en los cuatro por doscientos metros libres logró el primer lugar y el primer metal en esta competencia. Luego, ganó en doscientos metros estilos, cien metros mariposa y cuatro por cien estilos.
El balance total de dieciocho oros, dos platas y dos bronces en tres juegos olímpicos lo transformaron no sólo en el mayor ganador de doradas, sino en el atleta que más medallas logró en total: veintidós. Con su retiro ya anunciado para los próximos Juegos, el mejor nadador de todos los tiempos logró cerrar su carrera olímpica de la mejor manera y como se lo merecía. Difícil que alguien lo iguale.
 La otra figura fue Usain Bolt: el mejor corredor de los últimos años consiguió triunfar otra vez y revalidar lo hecho hace cuatro años. Luego de algunos tropiezos, lesiones y ante el gran presente de sus compatriotas Asafa Powell y Yohan Blake -que, en la clasificación de Jamaica, había terminado primero tanto en los cien como en los doscientos metros-, Bolt volvió a ganar en las pruebas de cien metros, doscientos metros y cuatro por cien. Así, defendió los tres otros del 2008 y llegó a los seis. Sólo Carl Lewis había repetido en los cien metros, en Los Ángeles 1984 y Seúl 1988.
 El mejor nadador de la historia y el hombre más rápido del mundo cumplieron: fueron las figuras de Londres 2012 y se colocaron en la cima del deporte olímpico.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Crónica de Londres 2012: a Argentina le queda mucho camino por recorrer

   Si bien Argentina nunca fue una potencia a nivel olímpico, siempre hay emoción y esperanza de hacer un buen papel cuando llega, cada cuatro años, la cita deportiva más importante de todas. La conclusión que siempre dejan los Juegos Olímpicos es que, a diferencia de un Mundial de fútbol o un partido de básquetbol que puede ser ganado por un destello individual o a veces por fortuna, demuestran en que lugar del mundo está parado cada país. 
 El balance de la delegación argentina es, en números, de cuatro medallas y diez diplomas, la misma cantidad que en Sydney 2000 pero dos menos que Atenas 2004 y Beijing 2008. Además, terminó ubicándose en la posición 42º del medallero general -junto con Eslovenia y Serbia- y quinta entre los iberoamericanos.
 El único oro fue logrado por Sebastían Crismanich en taekwondo -la primera presea nacional en la historia de esta disciplina- luego de una excelente jornada para el que ya había sido primero en los Panamericanos de Guadalajara 2011. La plata quedó en manos del equipo de hockey femenino: Las Leonas tuvieron un torneo con altibajos y no pudieron con su rival histórico, Holanda, que las venció por 2 a 0. La plata, cuarto metal consecutivo para este grupo, es muy positiva, aunque es una lástima que Luciana Aymar, la mejor jugadora de la historia, no haya podido levantar un oro en su carrera. Los bronces llegaron para Juan Martín Del Potro -que perdió un partido histórico de tenis contra el suizo Roger Federer en semifinales, pero luego le ganó al serbio Novak Djokovic por el tercer puesto- y para la dupla Lucas Calabrese-Juan de la Fuente en yatching, en la prueba 470.
 Además, hubo diez diplomas: los judocas Emmanuel Lucenti y Paula Pareto, Germán Lauro y Federico Molinari -ambos finalistas en lanzamiento de bala y anillas, respectivamente- Del Potro y Gisela Dulko en el dobles mixto, el boxeador Yamil Peralta, Miguel Correra y Rubén Rézzola en canotaje y los seleccionados de voley y básquet -la Generación Dorada no pudo llegar al podio, como en las últimas tres participaciones-.
 Sin llevarse nada, fue positivo lo del joven Braian Toledo en jabalina, el remero Santiago Fernández -quedó décimo en la final B-, la gimnasta Valeria Pereyra -de sólo 16 años y con futuro-  la nadadora Cecilia Biangioli  y el equipo de handball, que habían conseguido la primera clasificación a unos Juegos para Argentina, consiguieron un triunfo y estuvieron a otro de pasar la fase de grupos.
 Algunos decepcionaron: David Nalbandian y la dupla de Paola Suárez y Dulko quedaron afuera en primera ronda, Jennifer Dahlgren hizo tres lanzamientos de martillo nulos y fue eliminada, al igual que Georgina Bardach al quedar última en su serie de 400 metros medley.
 Pero, más allá de los resultados y de los rendimientos, lo que queda claro es que Argentina debe hacer mucho todavía si quiere obtener buenos resultados en Juegos Olímpicos. El hecho de en que las disciplinas que más premios otorgan, natación y atletismo, no haya un candidato a ganar o que en el boxeo, deporte que le dio 24 títulos -el más laureado en nuestra historia- no haya habido otro ganador desde Pablo Chacón en Atlanta 1996 dejan mucho que pensar. O que en fútbol, la misma selección que quedó primera en 2004 y 2008 ahora no haya clasificado. O el que las cuatro medallas de Londres o los 3 oros -la mayor cantidad ganada en un solo torneo- llevados de la edición anterior de esta sede de 1948, sea algo que China, Rusia, Gran Bretaña o Estados Unidos lo hagan en una tarde deja en claro que Argentina esta muy por debajo en el olimpismo.
 Es verdad que, con el Enard, los deportistas pueden gozar de dinero para equipos, competir, mejorar la infraestructura, etc. Este ente, fundado por el presidente del Comité Olímpico Argentino Gerardo Werthein en 2009, ya invirtió casi 227 millones de pesos en estos casi tres años, provenientes de la telefonía celular. Además, la Secretaría de Deporte de la Nación también dispuso de 118 millones, lo que hacen un total de 345. 
 Pero con eso no basta. Se necesitarán muchos años y resultados que impulsen y atraigan a otros jóvenes a ser deportistas para un futuro. En los Estados Unidos, Rusia o los países asiáticos -que ahora hasta ganan en la natación y llegan a semifinales en fútbol-, cada uno con sus métodos, trabajan a los chicos desde muy temprano para prepararlos, como también en las mismas universidades -que, asimismo, priorizan también la educación para que una cosa vaya de la mano con la otra-. Por lo pronto, desde el Enard aseguran que se mira no a los Juegos de Río De Janeiro 2016, sino a los de 2020 o 2024.
 Ganar medallas es el resultado de una estructura educativa y deportiva, de una planificación, de inversiones, de un trabajo a largo plazo. Los Juegos Olímpicos son la medida de nuestro lugar en el mundo. Al entenderlo y trabajar en estos pilares, se alcanzarán las metas planteadas.



viernes, 13 de julio de 2012

La leyenda de Roger Federer continúa

   Muchos decían que su tenis estaba en curva decreciente. Otros, que su tiempo se estaba acabando. Hasta se dijo que su retiro se acercaba. Lo cierto es que Roger Federer logró ganar Wimbledon, volver ser número uno y le demostró a todos que todavía tiene mucho por darle al deporte.
 Es verdad: Federer, a sus 30, no es el mismo que hace algunos años. Es verdad también que cada vez le cuesta más medirse con Rafael Nadal y con Novak Djokovic, por el ritmo de juego e intensidad que estos demandan. Pero la calidad del suizo es innegable, al igual que su grandeza. Grandeza que demostró en este Grand Slam inglés, aprovechando la caída rápida y sorpresiva de Nadal y jugando de manera soberbia y de menor a mayor. Si bien tuvo algunas dudas en los primeros partidos, fue agigantándose y venció al serbio en las semifinales y al todavía virgen en títulos grandes Andy Murray en la final, privándole el sueño a él y a todo el pueblo del país de ver a un campeón británico en el torneo -algo que no sucede desde 1936, cuando ganó el local Fred Perry-.
 Así, Roger logró levantar su Grand Slam número 17 -es el más ganador- y su séptimo Wimbledon, igualando a Pete Sampras. También empató a Sampras en semanas en la cima del Ranking ATP, 286, aunque es cuestión de horas que este récord sea sobrepasado. Es también su título 75, ubicándose sólo debajo de John McEnroe, Ivan Lendl y Jimmy Connors -77, 94 y 109, respectivamente-.
 Pero todas estas cifras, marcas y trofeos carecen de importancia cuando del suizo se trata. Su imagen, actitud dentro y fuera de la cancha, elegancia, estilo de juego y demás lo hacen una verdadera leyenda que trasciende estas cosas tan materiales. No por nada muchos lo señalan como el mejor de la historia tenística hace tiempo. Su grandeza es indiscutible, pero lo ocurrido en Inglaterra y en esta temporada le demuestra al tenis, al periodismo y a él mismo que le queda resto.
 Los murmullos comenzaron en 2008, cuando Roger comenzó a ceder ante Rafa en los duelos personales -seguramente, su rivalidad deportiva quedará como una de las más recordadas-. A la final histórica perdida en Wimbledon ante el español, luego de suspensiones por lluvia y casi cinco horas de pelea, había que sumarle el hecho de su rival le arrebatara el número uno cuando levantó la medalla de oro en Beijing.  
 Los murmullos aumentaron cuando cayó ante el mismo oponente en el último partido en Australia -que concluyó con llantos suyos en la entrega final-. Allí, parecía que el reinado iba a cambiar de manos y una etapa se terminaba.
 Pero esa fue la primera vez que el de Basilea se levantó: primero, se llevó por primera y única vez Roland Garros, para luego volver a ser el rey al repetir en el abierto inglés. En ese entonces, sumaba 14 Slams -al igual que Sampras-.
 Luego sí le tocó ceder su trono ante Nadal y Nole, que dominaron en los últimos dos años. Su último gran torneo ganado había sido el Australian Open 2010, ya que luego el de España y Djokovic se repartirían todos los demás. Las voces volvían a sonar en torno a qué le sucedía a Federer y si podría éste subirse a la cumbre otra vez.
 Esta temporada parecía oportuna: Rafael venía con problemas físicos y el de Serbia tenía que defender muchos puntos -a diferencia de él, que en la primera mitad del año pasado sólo tenía ganado Doha-. Pero lo más importante era cambiar la mentalidad. Esa que tantas veces lo ayudó a triunfar y que pocas le falló. Era el momento de mostrarse y mostrarle a todos que estaba entero.
 Si bien no pudo repetir Doha -llegó a semis-, logró semifinales en los dos primeros Grand Slams, los ATP 500 de Róterdam y Dubái, los Masters 1000 de Indian Wells y Madrid y el ya mencionado Wimbledon. Todo esto jugando como sólo él sabe, recuerda y disfruta. Lo demás es historia ya contada: copas, récords,  el uno del ATP y la gloria.
 En la conferencia después de derrotar a Murray, contó que estaba feliz de poder ganar, jugar bien, disfrutar y hacerlo mientras su familia -su esposa e hijas- lo veían en el estadio.
 Su magia sigue intacta. Ahora, irá por su próxima meta que es ganar el oro olímpico single en Londres -una de las únicas cosas que le faltan-.  Lo consiga o no, no importa: su película ya pasó por todos los finales felices. El mito será eterno.