Esta competición transcurre desde fines de mayo hasta comienzos de junio en París y, por orden de celebración, es el segundo torneo grande, ya que en enero se disputa el Abierto de Australia. Es el certamen más importante que se juega sobre polvo de ladrillo y tiene mucha historia detrás.
Comenzó como un torneo que sólo admitía franceses, pero en 1925 se abrió a todos los competidores internacionales. Se desarrollaba en la superficie de césped, aunque para la Copa Davis de 1928 se dispuso la creación de otro estadio, esta vez para jugar sobre polvo. A esta cancha se le dio el nombre de Roland Garros, en honor a un famoso aviador del país, que fue el primero en atravesar el Mar Mediterráneo en 1913 y que murió en 1918 durante la Primera Guerra Mundial. El club Stade Francais propuso nombrarlo así y desde entonces comenzó esa mística que sigue hasta hoy.En 1968 se convirtió en el primer torneo grande en ser "abierto", permitiendo que entren profesionales y amateurs -luego de la disputa entre los jugadores para que se unifiquen las asociaciones de tenis y así ellos pudiesen tener un único calendario y jugar todos juntos-.
Tiene una remuneración de más de un millón de dólares para los campeones individuales, siendo el que más dinero premia en comparación con el Australian Open, Wimbledon y US Open. También es uno de los que más dinero genera, gracias a la publicidad, la televisación y los sponsors.
En cuanto a los tenistas más ganadores en la historia del abierto, el hombre que más títulos logró es el sueco Björn Borg con 6, seguido del español Rafael Nadal con 5 -si gana la presente edición lo puede empatar-.
Otros destacados son el checo Ivan Lendl y el brasileño Gustavo Kuerten, con 3 cada uno. Los únicos argentinos que lograron el trofeo fueron Guillermo Vilas en 1977 y Gastón Gaudio en 2004.
De las mujeres, la más laureada es la estadounidense Chris Evert con 7, seguida de la francesa Suzanne Lenglen y la alemana Steffi Graf con 6 cada una.